Adaggio autumn dialogando con Leonid

Arte

sábado, 25 de abril de 2020


Adaggio autumn ....dialogando con Leonid


Francis Gasperi                                                                                Leonid Afremov
Escuchar Vivaldi siempre es un placer , y mas en otoño. Observar y deleitarse con Leonid Afremov , mucho mas. Un contrapunto de toques con espátula, que estalla a la vista de quien mira. Y las asociaciones son muchísimas, ver esos dorados, esos amarillos de cadmio, ocres rojizos, verdes frescos, componen un deleite y un placer que estremece. Extraviarse en esos caminos de hojas, haciendo ruido al pisarlas....volviendo sin querer queriendo a la niñez perdida. Volviendo sin querer queriendo a rememorar.
Esta vez acompañando a Leonid , con un dibujo a tinta con anilinas, un violinista realizado en el lejanísimo 2001, en pequeño formato, parte de un envío a la Bienal de San José, y que fuera seleccionado para la exposición final. Gratos recuerdos.
Hoy renuevo mis diálogos en éste mi blog...un poco nervioso....a mi refugio y recurso. Hoy vuelvo a mis viejas aspiraciones de humilde escritor de cosas y casos. Hace mucho que no escribo, en ésta mi bitácora que me acompañó muchos años, donde conversé de artistas, algunos se fueron, pero sus obras quedan. Donde repliqué lo escrito en diez años del Semanario Entrega 2000, un delicioso tabloide lleno de historias y cultura.  Y que hice estos cuatro años de ausencia?,  porque lo último fué en el 2016, creo que me perdí un tiempo precioso para escribir, y dejar por si acaso, mi ofrenda pobre de la botellita con un mensaje dentro, tirada en la inmensidad del mar.
No hice otra cosa que vivir.
Es que escuchar Vivaldi, me produce arte.
Me produce querer pintar, hundirme en las pinceladas y colores, formas y momentos.
Catarsis necesaria, necesaria catarsis.
Es que mirar a Leonid y sus extraordinarias obras, me produce arte.
Me produce reflexión, recuerdos , memorias en colores de cosas perdidas.
Estamos en contacto.
https://www.youtube.com/watch?v=XGdiT9jmO5c






jueves, 22 de septiembre de 2016

Taller de Laburantes

TALLER DE LABURANTES …..Por Prof. Francis Gásperi

En el “taller” de Casa de la Cultura, se viene llevando a cabo una interesante por lo creativa y fresca,  muestra de tres laburantes de arte como lo son Angel Juárez, Aldo Difilippo y Quique Rey, tres tipos de alto valor artístico, aunque ellos se autodenominen laburantes. Todo es directo, auténtico, se muestran tal cual, con sus cavilaciones profundas, y sus obras llenas de reflexión y filosofía. No, no es una muestra más, no es un taller mas, es entrar al mundo de estos creadores, un mundo lleno de preguntas, pocas respuestas y mucho pero mucho trabajo.  Cada obra es un compendio que te invita a reflexionar, más allá de los estilos plásticos, más allá de posturas académicas, ellos plantean su verdad. El ingreso a la muestra no puede ser mejor, obras en disposiciones aleatorias, aunque por orden de autor, las de Juárez a la derecha del “taller”  son obras de alto contenido filosófico muchas de ellas, sus personajes facetados y monocromáticos nos invitan a pensar sobre la existencia, el ser, la nada, las vicisitudes de lo humano, nos recuerda a Ortega y Gasset con su profundidad del “yo soy yo y mis circunstancias”, en su paleta baja, delicadamente plana nos plantea las dudas de la existencia. También tiene lugar para la ironía y la falsedad, las posturas artificiales del existir con esa obra de gran formato de máscaras que van adquiriendo tridimensionalidad, quizás una de las únicas obras que se desprende del plano y se desborda en objetos. Su mayor apuesta es haber roto la copia de  la balsa de la medusa de Gericault,  una obra en su personal estilo, con buen entonación de sepias y tierras, con la misma carga emocional y trágica, pero también nos dice que sólo Gericault , pinta a Gericault,  una especie de  homenaje trunco, a doscientos años de su realización, una manera también de acercarse al maestro con respeto, devoción, humildad. Difilippo muestra otras cuestiones también reflexivas, humanas, y a la vez nos plantea como las
cosas deshumanizan. La ciudad, las multitudes, los espacios. Aquellos perfiles urbanos, filosos, aquellas sus moles macizas en contraposición a la fragilidad de la existencia, la inmutabilidad de sus relojes. El paso inexorable del tiempo. Una obra muy personal, pero a la vez muy cercana al espectador. Su paleta es  variada cromáticamente, sus búsquedas han hallado en colores yuxtapuestos y pinceladas rápidas su ámbito expresivo. Forma y función que coexisten para comunicarnos su arte. Este laburante, también calma sus horas con poesía y prosa, profundas e inquietantes, del existir como  “sombra devorado por lo efímero, una nada creyéndome inmortal apenas un soplo un chispazo, jugando a ser eterno” en estos breves versos conjuga magistralmente, toda la angustia  Sartriana del existir. La propuesta de Rey,  resulta evocativa y apasionada con esos murales casi afiches callejeros, casi efímeros en soporte de papel de diario,  desperdigados por el piso, el mensaje no puede ser mejor. Va elaborando pensamientos e imagen, una línea robusta y poderosa, evidenciando la pasión y entrega a la mujer amada. Sobre las paredes, un claro homenaje a Duchamps, eficazmente irónico si cabe el término, resulta de sus tapas pintadas al óleo con imágenes decimonónicas. Renglón aparte para sus esculturas que  también evocan el todo y la nada, de lo complementario, de los espacios necesarios, ese pequeño ensamble de cuero y maderas  enlazados, resume poéticamente sus ideas e inquietudes. Estimados amigos, voy arribando al final de algo que da para hablar mucho, pero no se trata de hablar, se trata de observar y sentir, la excusa está dada por los tres laburantes que nos han invitado a “su taller” personal,  nos han mostrado sus procesos y búsquedas, nos han lanzado sus preguntas existenciales, y la verdad mas allá de lo personal, me significó una muestra interpelante, desafiante y por supuesto muy disfrutable. Será entonces, hasta donde el arte nos encuentre.Articulo publicado en Semanario “Entrega 2000” 9/9/2016

sábado, 27 de diciembre de 2014

Leticia Gómez  
Vuelos de color y armonía /  Prof.Francis Gásperi 
Publicado en Semanario Entrega 2000(26/12/2014)

Hace ya cuatro largos años - pasó mucha agua bajo el puente- recorría la ahora en reformas, Casa de la Cultura para ver una exposición del taller Posada del Arte del gran amigo Julio Fajardo. Excelentes trabajos de la mas pura raíz artística, esa del dialogar permanente con la materia pictórica y arrancar un abanico de ricos matices. Hoy vuelvo a ver como una de sus alumnas ha emprendido un vuelo de exquisito arte, sensibilidad y fuerza expresiva. En aquella muestra, Leticia “cubría generosamente toda la superficie de la obra, dejando tras de sí mucha pasión, increíbles ganas de pintar” eran mis palabras ante lo que mostraba entonces; y con el beneficio de la experiencia que dan los años, esa increíble fuerza expresiva se ha acrecentado  moldeada en largas horas de taller, evidenciando que la pasión sigue intacta. Leticia Gomez nos demuestra una realidad palpable, es una gran artista. Gran sensibilidad para arrancar matices de una paleta restringida, por ejemplo de los rosas y azules, uno de sus últimos trabajos, donde un juego entre dos colores que se quiebran con el blanco plomo y el gris de paine, conviven, armonizan y se potencian. Una paleta que, aunque escasa cromáticamente, ha provocado todo un planteo variadísimo, estudiado, medido, un ejercicio de excelente factura. Líneas verticales y horizontales dividen su obra de formato mediano, cual disposición mondrianesca, para en cada sector ir colocando gestos rítmicos de materia texturada, contrastando con la frialdad de los segmentos, el juego de la luz (fundamental) hace el resto. El entorno de la exposición, no puede ser más favorable, una vez mas Marian abre su multiespacio para dar cobijo a artistas locales. 


Un esmeradísimo entorno con una estética muy española en su construccion, con un patio interno muy bien preparado, con sectores temáticos donde la luz y la vegetación con la centenaria glicina, dan un marco inigualable para estas nochecitas casi veraniegas. La muestra que Leticia nos regala, es el resultado de dos años de maduración, donde sentía la necesidad de mostrarse, de volar. Sus obras tienen un ir y venir por diferentes temas, formatos, abarca todo tipo de propuesta, se siente a gusto con el material, óleo sobre chapa, sobre tela basta, o sobre lienzo. No le teme al color, tanto usa cálidos y fríos muy bien entonados, como ocres, sienas, y hasta algún “negro fabricado” para dar profundidad y marco. Sus obras rezuman surcos, recorridos de empaste y contrapuntos de color, a veces en clave alta, siempre armonizados. Es interesante apuntar, que la propuesta matérica, trae consigo el riesgo de perdernos en ella, de terminar enredados en un caos sin sentido. No es el caso de Leticia, al amparo de los entrañables (para mí) y ya lejanos De Simone, Juan Ventayol, Alfredo Gamarra, logra detenerse a tiempo y procura equilibrar texturas espatuladas con los fundidos a pincel seco, de sus fondos. El resultado es excelente. Es bien interesante un trabajo en tonos bajos, ocres, sienas tostados, marrones rojizos, que descansa en un campo cromático de un excelente turquesa. Una obra de hace dos años, allí el color espatulado es protagonista, mucho más que las huellas de la materia que recorren la superficie del cuadro, dejando pequeñas ventanas de luz. El tema es solo una anécdota. Finalmente en esta apretada y breve síntesis, me detengo en el siempre difícil arte del paisaje, en este trabajo apaisado y de gran formato, elabora una textura al oleo mucho más sutil, los espacios de color nos dan testimonio de sus experiencias visuales y muy personales. La artista se expande por toda la tela, con gesto experiente, un pincel mas suelto pero siempre teniendo muy en cuenta los detalles del entorno. Esta obra me comunica la tranquilidad, de un paisaje bien nuestro. Por ahora nos vamos despidiendo en esta la última entrega del año. Leticia confiesa que tiene muchos proyectos para seguir pintando, se nota el enorme entusiasmo en esta su primera muestra individual, y sus ganas de producir obra. Es de esperar entonces nuevas propuestas y temáticas de su inspirada paleta. Quizás las respuestas las encuentre en sus plantas y sus árboles que recorre a la mañana. Bien amigos, será hasta la próxima, muy Felices Fiestas y un Buen Año 2015. 




lunes, 4 de agosto de 2014

Las manos del artesano Eugenio
por Prof. Francis Gásperi/ 
Publicado en Semanario Entrega 2000 el 25/07/2014


Hace unas cuentas entregas atrás, hablábamos sobre cuestiones de arte y artesanía, del necesario camino artesanal que recorre el arte. Desde aquellos  lejanos talleres renacentistas donde se dirimían estas cuestiones y se lanzaba ese artesano al mundo procurando ser reconocido por su obra, como un artista. Podríamos  decir que muchas diferencias entre uno y otro no encuentro. Hoy quiero hablarles de un gran artesano, que hizo de su trabajo un arte, un laburante  que a impulso de sus manos edificó su propia historia. Nacido muy cerca de Rosario Dpto.de Colonia allá por el 25 del siglo pasado, a un año de ganar nuestra primera medalla olímpica, con los años y aun muy joven, Eugenio se afinca sobre las márgenes del Rio San Salvador, parajes de Guimera, donde se dedica a cuestiones del campo.  Se casa con una doloreña, -la Tota- y por los los años 50 comienza a impulsos de su padre a volcarse a la labor artesanal de fabricar silllas. Una  actividad que la convirtió en su profesión y con la cual es conocido en todo el pueblo.  Para conseguir la leña material principal de sus quehaceres, tomaba su embarcación y sus remos y partía San Salvador abajo en procura de la materia prima. En su fiel “Taranta”, curioso nombre de su canoa, traía grandes cantidades de leña cortada a sierra de mano y un buen mazo de cardas, especie vegetal de hojas llenas de espinas que cortaba a machete y dejaba secar para convertirla en el asiento de las sillas. Las primeras sillas, bastante rusticas eran trabajadas a corte de hacha y machete, tejidas con un trenzado de cardas secas y remojadas que duraban una vida. Comenzaba a ser reconocido en el barrio y el pueblo entero como el sillero Martinez. Para los crudos inviernos donde el sol escaseaba, se había armado una especie de horno a leña donde a humo de chilcas y aserrín,  secaba la carda durante cuatro o cinco días. Durante este tiempo aprovechaba para  agarrar el winche  y sus trampas y a puro remo recorrer el San Salvador o el Bizcocho en busca de sus nutrias y zorros  de los que aprovechaba carne y piel, para ese entonces década de los 70, las pieles eran muy requeridas y bien pagadas. A la vuelta de sus aventuras, retomaba la actividad, sacaba la carda de su improvisado horno y mojando el material comenzaba el trenzado para confeccionar el asiento de sus sillas, sillones y bancos que vendía al pueblo o “exportaba” a Montevideo, donde tenían gran aceptación por su economía y durabilidad. Con los años logra comprar un motorcito y se armó una mesa de cortar madera, un banco con todas las herramientas compradas con gran esfuerzo, un taladro de pecho,  cepillos y garlopas, formones y martillos, toda una pequeña industria. Ahora podría cortar la madera de álamo, sauce o paraíso con más rapidez y  limpieza, la producción aumentaba y se vendía como pan fresco, la gente le pedía alguna innovación, ya que el diseño era bastante sencillo, por lo cual le agregaba varillas de mimbre y otros adornos en el espaldar. Era posible también pintarlas con esmalte sintético, de esa manera eran “eternas”. Pero ya para los noventa –Mercosur mediante- comenzó la competencia de las sillas de plástico y el viejo artesano se la vio complicada para subsistir, con todo, el negocio aguantó un poco mas, aunque los pedidos eran más esporádicos las refacciones de asiento paraban un poco la olla. Hace poco recorrí el viejo taller artesanal, aun mantiene su vieja mesa de cortar con su motor  checoslovaco que aun funciona como hace  cincuenta años, sus herramientas sus martillos y enseres. Toda una vida entregada al trabajo.  Que fue del viejo artesano? Aún se lo puede ver mirando el mundial en su vieja TV 14”  en su casa, sentado frente a la estufa a leña y aunque ha perdido a su querida Tota, y casi por completo la memoria con sus  casi noventa años, a veces me mira y parece acordarse de que alguna vez trabajé junto a él haciendo sillas, o remando en la “taranta”, mi querido abuelo Eugenio Martinez. 

sábado, 19 de octubre de 2013

En la tierra de los ancestros, Olga Brazuna

            





Fue como entrar en un tiempo sin tiempo, encontrarnos con los ancestros que nos siguen cuidando. Fue un viaje increíble a la memoria de un pueblo que se resiste al olvido. Memoria que muchos prefieren ignorar abrazándose a  sospechosas premisas de que el futuro es hoy, que los nuevos adelantos tecnológicos hacen que tengamos una memoria cada vez más inmediata. Afortunadamente tenemos una gran artista plástica que se encarga de acomodar ciertos tantos y embanderándose con lo autóctono y genuino, nos muestra que la historia sigue viva. Olga va descifrando en una cuidadosa investigación casi antropológica, el sentir, el pensar y actuar de nuestros indígenas. Con un tratamiento plástico de gran potencia expresiva va pintando la cotidianeidad de aquel contingente humano, de aquel pueblo valeroso. Una exposición soberbia, multitematica en cuanto a descubrirnos las actividades de aquel pueblo, expresadas de forma magnífica, con el modelado de las figuras a través de la pasta creada por ella, una excelente mixtura de tierras naturales. Ciertas sugerencias, imágenes fantasmagóricas, sutilezas de color acotado al contexto, ocre, sienas tostados, pigmentos rojizos van otorgando una coherencia en la obra que es su fortaleza. El color indio fue integrando todo su mensaje, un mensaje valiente y comprometido. Una adecuada iluminación, aunque en tramos de la sala muy pobre iba otorgando intimidad a cada espacio plástico, que invitaba a ir tejiendo un diálogo con la obra.  No solo colores de gran impacto visual eran los protagonistas, sino que Olga trabajó con admirable maestría artesanal, materiales naturales. Es así que pasaron por sus manos el cuero crudo, la madera, telas, y otros materiales que iban  generando ambientes de gran verosimilitud indigenista. Muy bien pensada la disposición de la obra, con un recorrido que abría paso a la reflexión tanto por lo conceptual como por el material de cada elaboración. Todo un compendio de vivencias y enseñanzas. Mis felicitaciones Olga, una gran artista sin techos creativos y que nos sorprende a cada momento. Gracias y hasta la próxima.

Transgredir por Francis Gasperi


Bajo  ciertas motivaciones encontradas, hasta contradictorias uno escribe tratando de encontrar un poco de razón en toda la locura del arte contemporáneo. Un arte a veces demasiado transgresor de ciertas costumbres y que nos golpea en nuestros más sensibles pensamientos o creencias. Pero como alguien dijo una vez, el artista es una persona que reacciona frente a lo que ve, frente a lo que se mueve en la sociedad, y frente a ciertas situaciones que lo desbordan, y por supuesto agréguele a eso un poco de  creatividad, imaginación, rabia, inconformismo, historias existenciales pesadas, amargas, catarsis y varios etcéteras. Esto tal vez lo hace un poco más entendible. La transgresión en arte - sin llegar al simplismo de una definición para acortar camino- es una provocación hacia un status determinado, a veces dirigido explícitamente, a veces socavadamente, a veces subrepticiamente, y que busca una reacción, un reflexionar, un pensar en la  cosa, a veces no da ni para reflexionar porque la transgresión se transforma en agresión.  Para algunos no es más que arte abyecto. La transgresión ficcional, busca a través de películas mostrar imágenes de impacto, y situaciones límites, toda imagen pero, ficción.  El cine documental – típico de la segunda guerra mundial- muestra muertos reales, violencia real, sin edulcorantes y sin guión. Nada ficción, la pura violencia  documentada, la decadencia humana. Agresión.  En literatura, pondríamos al Marqués de Sade como ejemplo, y seguimos teniendo ficción esta vez en palabras horizontales, algunas versales pero por lo general todas iguales. Esta “violencia”  no es mimética. Como ejemplos creo que bastan, el lector tendrá muchos más. Por otro lado hay otra violencia pero estamos tan anestesiados que ni nos damos cuenta cuando en vivo la tele nos muestra las guerras del cercano oriente llevadas adelante por las potencias con millones de muertos, o filmaciones de hambrientos y destinados a morir en África, el lector coincidirá conmigo que esto ya no nos mueve, pero con el arte hay otra sensibilidad aunque sea todo ficción. Arte no debería provocarnos más que un momento de reflexión y meditación, asco  si cabe y alguna otra reacción según el caso. Es poco probable que el artista tome un arma en una exposición y nos mate. Solo tiene pintura, telas y pinceles. Con eso le basta para “trasgredir”. Durante muchos años, el artista ha tenido que optar, por la belleza o por lo que no gusta. Por el dinero o por el honor. Siempre. Hasta que el dinero pudo más. ¿Dónde está el límite de todo esto?  Hoy el artista más famoso – en términos de dinero- Damien Hirst más conocido por el “enfant terrible” ha colocado tiburones y toda suerte de animales en cajas llenas de formol, o ha colocado cientos de diamantes a un cráneo humano. Gunther Von Hagens, científico y artista alemán, realiza esculturas con personas muertas, a través de la plastinación, un procedimiento inventado por el mismo por el cual, les saca la piel a las personas dejando al desnudo toda suerte de músculos, tendones, huesos y en posiciones más inverosímiles podemos ver esculturas humanas, vino al Uruguay. Transgresores totales, ninguna autoridad montó en cólera sobre el asunto. Animales en uno, personas en otro, sus transgresiones no pasan de una anécdota, hasta ahora no se han metido con la religión, quizás por eso aun siguen creando. Veremos. A pocos años de inaugurar el siglo XX, Marcel Duchamps nos espetó en la cara un urinal, diciendo que eso era arte, absolutamente rechazado socialmente, hoy aquel objeto o ready-made no es solo aceptado sino que admirado; cuatro siglos antes, el gran pintor holandés Rembrandt pintó el ya conocido buey desollado causando un verdadero impacto, máxime cuando el maestro tenia un público acostumbrado a escenas bíblicas ; Caravaggio un trastornado impulsivo realiza sórdidas pinturas que hasta ahora son motivo de estudio, gustaba de batirse a duelo, y fue perseguido por sus crímenes;  por los mil ochocientos, el genial Goya metaforizó un padre (Saturno) comiéndose a su hijo; y la no menos transgresora obra de los fusilamientos, excelente en color y composición pero el  fuego que salía de los máuseres, era solo pintura, sin embargo estas imágenes son terribles. Aunque más terribles fueron los fusilamientos en si mismos. Delacroix uno de mis preferidos, pintaba batallas sangrientas y muertos por doquier Taillebourg es solo un ejemplo. Si miramos para el lado de la moda, (que no incomoda dicen algunos) también da muestras cabales de su locura trasgresora cuando  Galliano o Chanel, reivindican al nazismo en sus creaciones, una colección del primero realizada en el 2011 mostro su apego por los uniformes de las SS o las Wehrmacht, obviamente sobraba morbo y quizás un insulto por elipse, al pueblo judío. Un tal H. Boss también aporto lo suyo, creador de uniformes SS. Pasando al arte que vive en el propio cuerpo, trasgrediendo normas femeninas y hasta mecanismos defensivos, Orlan, una mujer (aun vive a pesar de todo) se ha realizado innumerables cirugías plásticas en todo su cuerpo experimentando hasta deformarlo sin piedad ni contemplaciones,  autorreferenciando su humanidad como un objeto. Imágenes y procesos de autoflagelación, trasgreden sentimientos.  Otro tanto hacia Vito Acconci mordiendo sus piernas y manos frente a una cámara fotográfica en una autodestrucción enfermiza. Joel P.Witkin un fotógrafo estadounidense de una producción que sobrepasa todos los cánones culturales, visuales, de belleza y lo que se le ocurra eufemísticamente hablando. En America, al otro lado del rio acaba de morir León Ferrari, un trasgresor local, con su arte fue atacando el centro desde la periferia, critico a la iglesia, combatió desde sus pinceles a la  dictadura y el consumismo. Grandes dolores de cabeza le trajo al hoy Papa, quien lo trató de blasfemo cuando colgó un Cristo arriba de un avión caza norteamericano, la imagen era fuerte, iconoclasta pero en su esencia solo se trataba de yeso y plástico. Censurado y atacado, por provocador, en perspectiva la obra de León no es resumible, es compleja, polisémica, pregonando un arte no contemplativo, un arte de barricada, un arte para no ser querido, ni comprado. Y finalizando este rápido pasaje por el arte trasgresor, Andrés Serrano un artista que ha tomado la muerte como elemento casi exclusivo de expresión, fotografiando muertos desde la propia morgue, sin  tener en cuenta investiduras, sentimientos, memoria , demuestra que la suya es una  postura transgresora brutal o pura pose vedettista. Veamos lo que piensa: «Algunas veces yo me pregunto: ¿para qué sirve el arte contemporáneo?», advierte, «porque muchas veces no entiendo el arte contemporáneo, no sé por qué existe, aunque estoy contento de que así sea porque los coleccionistas compran mi obras. También me pregunto ¿por qué? Yo soy coleccionista también, pero lo que a mí me interesa son cosas del siglo XVII, XVI...». Tras lo dicho recuero que ese  período, la Iglesia tenía una fuerte incidencia en el Arte, todo se hacia según sus directivas digamos  Barroco o Neoclasicismo, y aun la belleza era un valor en sí mismo.  En fin, entonces la pregunta ¿la trasgresión es una pose conveniente, una moda o un permanente llamado de atención?  No lo sabremos ya que los procesos internos muchas veces no salen a la luz. Para mí, desde que la belleza perdió la batalla ante el dinero, parecería  que todo es una cuestión materialista, se trata simplemente de dinero. ¿ y dónde queda el Arte en todo esto? Ni idea.  

miércoles, 29 de mayo de 2013

DE-MOSTRARTE ADAPS en COLONIA

La asociación de Artistas Plásticos de Soriano, está realizando desde el 28 del corriente y por espacio de una semana  su  segunda muestra anual, en la sala principal de exposiciones “Joanna Galvao”  del Centro Cultural  Bastión del Carmen de la ciudad de Colonia. Los artistas reunidos, demuestran una vez más su espíritu artístico llevando sus obras al  antiguo edificio portugués . Fueron  recibidos por el Director de Cultura Maestro Carlos Deganello y el Coordinador  de Teatros y salas de Exposición Sr. Jorge Vasallo , en una cálida reunión donde se compartieron gratos momentos y un pequeño brindis. La muestra está compuesta por trabajos de gran variedad de técnicas y propuestas temáticas, se pueden apreciar los trabajos en acrílicos de Emilia Plorutti,  los oleos de Oscar Lozano, dibujos a lápiz de Germán Arias, las técnicas mixtas con tierras coloreadas de Olga Brazuna, dibujos y acuarelas de Judith Lapido,  acrílicos de Juan Correa, oleos de José Santana,  geometrizaciones de Fernando Pereira, y dos de mis ultimos trabajos, un oleo  y un dibujo a lapicera azul,  acrílicos de Danilo Cardona,  dibujos a tinta de Ernesto López Millán,  arte digital de Romina Cocco, tapices de Manuel Gramajo,  grabados de Noemí Porras, oleos de Omar Charbonier y Elbio Altieri.  A la muestra tambien concurrieron alumnas de Profesorado de Comunicacion Visual del Cerp de Colonia, que estan cursando su ultimo año de la carrera. Agradecemos a la Junta Departamental, que sin su  ayuda invalorable nada de esto hubiera sido posible. Una vez más, Soriano demuestra que se  puede.