Del pintor artesano
Por suerte en estos tiempos todavía
hay gente que trabaja con sus manos, dialogando con los materiales, extrayendo
de entre las marañas de ideas, conceptos nuevos o resignificados. Por suerte a este mundo virtual y tecnológico,
le quedan artesanos que pasan horas frente a un objeto y dedican tiempo de su
vida, para expresar una idea, una emoción. El homo faver, el hombre que hace y
fabrica. Por estos tiempos de vertiginosa imagen digital, efímera y vacía, se
le antepone un artesano pintor, un sensible dibujante. Porque a este Quique Rey, se le atraviesan las ideas,
las miradas y como quien desanda caminos, se va expresando con el dibujo y la
pintura, con ese sello tan personal del artesano. Siglos hace que pervive la
dicotomía entre arte y artesanía, en otra entrega, hace ya mucho tiempo, quien
esto escribe, no se convencía de la división que nos viene del Renacimiento
entre artesanía y arte.¡ Pero si tuvieron la misma cuna! ¿Acaso los talleres
renacentistas no surgieron pintores-artesanos; dibujantes-artesanos, que
convivían con una y otra función como si tal cosa? ¿Y qué me dicen de los
expresionistas? , que revivieron los tacos de madera para hacer grabado. Un
arte-artesanal maravilloso, aun vivo todavía. Ese es Quique, un artista que
hace arte-artesanal, que convive con un mundo de imágenes que plasma en
cualquier soporte y cualquier formato, versátil como pocos, abierto como pocos.
Con la humildad del que siempre quiere aprender, nuestro artista se volcó al dibujo
y la pintura. Actividad que siempre le acompañó desde sus tiempos liceales,
pero en estos tiempos es un empuje muy difícil de controlar. Es por eso que armó
su exposición en esa maravilloso Centro Cultural Marian, una casa de un
estilo colonial y ecléctico, que invita
quedarse a vivir para siempre. Un entorno que brinda calidez –aunque esa noche
hacia bastante frio- y que promete bajo sus glicinas florecidas otras noches
espectaculares. En ese entorno este gran artesano, se muestra para todos
nosotros. Rodeado de amigos, fuimos descubriendo esa mano experiente, que ha
sorprendido con su propuesta. Retratos de personalidades mundiales, realizadas
en las más variadas técnicas nos miran desde su matizado color sepia. A sabido
extraer con su vieja máquina pirograbadora, la más variada gama de líneas,
robustas y sutiles, la más interesantes texturas, donde la tinta va dejando su
huella. Ha jugado con la mancha, generando atmosferas delicadas en esos
caballos que también ilustra su programa. Creo sin temor a equivocarme, su más
preciada obra. Coincidíamos con el Pelusa López, la excelente entonación,
generada a través de manipular tintas y pastel, logrando unos fondos brumosos inigualables. Allí está
la riqueza de la obra de arte. Es ella y nada más. Rey es consciente de ello,
despegado del trabajo en serie que exige la artesanía, ha madurado una línea de
expresión que es imposible de reiterar. En esta su primera muestra, su
honestidad es contundente, “voy mirando todo lo que puedo y lo voy haciendo a
mi manera”. Esta actitud es de los que siempre tienen sed de aprender.
Surgieron entonces representaciones muy personales y de gran valor plástico,
una marina realizada con la técnica del pastel oleoso tiene la sutileza de una
acuarela, cosa muy difícil de lograr. Una reinterpretación de Blanes, resultó
ser un excelente ejercicio de abstracción, único trabajo que esperamos no sea
definitivo y lo desarrolle a futuro. Un Cristo pirograbado, que nos remitía al
bizantinismo, pero con una impronta
gestual muy bien lograda. Su muestrario es muy rico y variado, un ojo muy
educado para extraer y plasmar obras de orígenes insospechados, traducidos al lápiz
grafito, a tinta, pasteles, o al oleo, prueba por demás evidente del disfrute
del artista en la búsqueda de la expresión.
Las obras de formato regular, agradables a la vista fueron muy bien distribuidas en el salón de
exposiciones, además de una cuidadosa iluminación que no competía con los
cuadros. Felicitaciones nuevamente Quique. Una muy interesante muestra, rodeada
de un lugar muy personal, que esperemos pueda ser disfrutada por todo el
público.
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